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lunes, 17 de diciembre de 2012

El día que supe que operarse da más miedo que enamorarse. (Parte 2)

Pasó el verano, pasó septiembre, pasó octubre, mi madre se quejó, yo, mientras tanto el bulto me dolía hasta morir  y ellos tranquilos. Llegó noviembre, justo el 14, el día de la huelga general, mi madre tuvo que ir al hospital y de paso se quejó, a medio día llamaron que en nueve días me operaraban, todavía no lo asimilaba. Yo no estaba nerviosa era la gente, en especial Leticia. Llegó la noche del 22 y mi pestaña de menciones hizo CATAPÚN, quiero agradecer a todo el mundo que me deseó suerte de la buena y no hizo vudú.Y a los demás maldición gitana GPT *escupitajo*.
Día 23 de noviembre del 2012, 7 a.m., me desperté porque tenía que estar allí a las ocho, me hicieron madrugar hasta para eso. Me vestí, hice mi cama, no desayuné, cogí el collar de Lumis y nos fuimos. Llegamos a recepción y había una cola que ni la de Nacho Vidal, madre del amor hermoso cuantísima gente. Había un chico que llevaba mochilas y todo, seguro que tendría que estar ingresado y me hubiese gustado desearle suerte porque comparado con mi intervención seguro que la mía era y fue de chichinabo.Vino la informadora y parecía que habíamos ido todos a comprar un piso ¡Con la que está cayendo! Estuve en la sala de espera y fui la segunda. My body was ready (no). Me puse la bata con la que vas en culos y estaba con Joaquín Reyes y le dije ''Voy en culos'' y me dijo ''Pues ve en culos''. Ojalá. Lo peor de todo es que me tuve que quitar las gafas, enferma y sin gafas. Me pusieron en un sofá con mi nombre, me tomaron la temperatura, la tensión y me dijo ''Estás nerviosilla'' y yo ''Estoy a punto de entrar a quirófano je je''. Para darme ánimos otra enfermera vasca principiante me puso la vía y me dijo ''Yo no me dejaría poner la vía, no me gustan esas cosas'' y en mi cabeza yo pensando ''Pero si ponerla japuta'' y la contesté con un ''Es que no es lo mismo'', la vía fue un horror me empezó a salir sangre, claro como la enfermera era vasca, pues bruta. Encima no paraba de llamarme ''maja'' ¿Pero tú qué te crees? Odio ese rollo de ¿Qué tal maja/cariño/amor/cielo/y derivados? Pues ella todo el rato con el maja ¡Te voy a lavar la boca con jabón! Estuve sufriendo en silencio con mi vía, viendo todo borroso, cantando en mi mente y con una sábana que usaba de manta. De repente viene una enfermera con una silla de ruedas, me dijo que me sentara y me fue llevando por pasillos cada vez más fríos. Estaban llenos de puertas como las que tienen los carniceros y daba mal rollo, también estaba lleno de médicos tan tranquilos que me sonreían y yo les daba mi más sonrisa incómoda y nerviosa. Me dejaron enfrente del quirófano y vinieron más enfermeras de la nada, se presentaron, una se llamaba Charo las otras dos Ana. Ahí estaba sola, en silla de ruedas y con la sábana de manta, entonces saqué mis manitas y empecé a mover la silla por puro aburrimiento. Después de un rato vino la cirujana andaluza y ya pensé ''menos mal, un rostro conocido(aunque no veía bien)'', me abrió la bata/vestido y me empezó a dibujar algo y yo lo tenía que adivinar, como cuando era pequeña, en realidad me dibujó líneas con un boli finísimo. Volví a sentarme, a pasar frío, a mover la silla y entramos al quirófano. Creía que iba a ser más frío, me refiero a los colores. Me tumbé bocabajo y me quitaron la bata, me pusieron una cosa que es como algodón y papel que también están en las peluquerías. Entró Dimitry y me ignoró, qué poco considerado. Al final me iban a poner anestesia local y me dijeron que el pinchazo iba a doler. Exacto, dolió. Yo empecé a agarrar la sábana para no pensar en el dolor. Noté un cosquilleo en las piernas y era porque me pusieron calor. Ahí estaba yo agarrando la sábana, con el manguito de la tensión, con la vía puesta que ya no sentía dolor, oyendo el pi-pi-pi de mi corazón y mirando a Dimitry, él estaba en un ordenador. Fue una sensación inexplicable porque yo no sentía nada pero notaba como hurgaban dentro de mí. Me dijeron ''¿Te duele?'' y yo ''Pues un poco'' y le dijo la cirujana a la enfermera ''Pínchala otra vez''. Se me pasó rápido porque creo que me drogaron un poco. Después, vuelta a la silla de ruedas y a mi sofá. Pasaron mis padres, por turnos y me dieron de desayunar. Bueno, eso de desayunar no desayuné, me bebí un zumo, porque las galletas asquerosas y me trajeron descafeinado en sobre a mí. Pasó un rato y me fui al vestuario a cambiarme. Salí de allí, no echando leches porque estaba coja y parecía que tenía un tumor por el apósito. Cuando llegué a casa no sabía en qué postura ponerme y así todo el día, derrotada. El sábado vinieron mis amigos a verme (os amu) y ellos jugaron al Just Dance 3 mientras yo estaba ahí sin poder apoyar la espalda. El domingo me quite el apósito ¡BIEN! No, bien no, porque me sentía desprotegida, pero bueno al final vi que me pusieron cinco puntos que lo que se dice coser bien no mucho, Rosa.
El martes me hice la valiente y fui a clase, pero fue horrible porque estuve todo el día subiendo y bajando escaleras, encima fui a la EOI, mis puntos no estaban preparados. Así que me di de baja y solo fui a exámenes.
Pasaron diez días después de la operación y fui al ambulatorio a que me quitasen los puntos. Me llamaron en seguida, debe ser me quieren quitar del medio rápido. Mi enfermera fue lo más bruto del mundo. Yo iba notando como los hilos salían de mi cuerpo. Y con el último volví a recurrir a la sábana, ésta ya de papel. Me empezó a salir sangre y como no, ese día se me abrió la herida. Lo hizo genial. Después de días de Betadine ya se me ha caído la costra y es raro tocar la cicatriz. Ahora no puedo hacer nada y me siento fatal. Una cicatriz más de guerra para mi body que no son pocas.
Os quiere, la (ya no tanto) inválida.

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